La economía de tu atención
Tu atención es un recurso a explotar.
Las aplicaciones móviles y los servicios y páginas web están constantemente compitiendo por nuestra atención, entre sí y contra nosotros mismos. Esto es algo literal: la economía de la atención es algo que se formuló por prmera vez en la década de 1970, y desde principios de los 2000 forma parte de los principios de diseño de ese stipo de aplicaciones.
Las premisas fundamentales son, más o menos, las siguientes:
- La atención de un individuo, y de la sociedad en su conjunto, es un bien escaso.
- Consumir información utiliza atención. Ocupa recursos.
- Si un individuo no encuentra información suficiente, o lo suficientemente rápido, se irá a buscar lo que sea a otro sitio.
La industria de las tecnologías de la información lleva bastante tiempo adoptando y aplicando este modelo al diseño de las webs y aplicaciones. Y es normal, porque es una forma de hacer aplicaciones de acceso a información más efectivas. Es más, si esas tres premisas se pusiesen siempre a nuestro servicio, como usuarios que somos, el resultado sería fantástico porque tendríamos aplicaciones diseñadas para quitarse de enmedio lo antes posible, dándonos información de forma rápida, precisa y eficiente. Porque nuestra antención es escasa y tenemos que pasar a lo siguiente que sea que tenemos que antender.
Pero esto no es así casi nunca, porque la mayoría de aplicaciones y webs no se diseñan a nuestro favor. Especialmente si se sostienen mediante anuncios: el dueño de la web o aplicación obtiene más ingresos cuantos más anuncios se nos muestren, y por eso es importante que nos quedemos más tiempo dentro, desatendiendo todo lo demás.
Por ejemplo, las redes sociales comerciales como X (Twitter, hablando claro) o Facebook son famosas provocando que nos desplacemos por la cronología de publicaciones un tiempo obscenamente alto, "haciendo scroll" sobre una sucesión de contenido que la plataforma va posicionando en base a nuestros intereses. Cuanto más tiempo, mejor. Y luego nos damos cuenta a las 3 de la mañana que llevamos 5 horas viendo vídeos de gatos en Tik Tok.
El problema se complica cuando este tipo de aplicaciones añaden otra premisa, obvia, al conjunto anterior:
- Si Gabriel consume otra información de otros, o hace otra cosa, otros se llevan su atención: hay que hacer algo.
Esos "otros" incluyen tu trabajo, tu familia, tus amigos o el coche que se ha saltado el semáforo en rojo y te va a pasar por encima. Y es básicamente lo mismo que decir que nuestra atención no es tal: es su recurso a explotar. Este tipo de negocios se autoatribuyen el derecho a disponer de nuestra atención por encima de nuestros propios intereses. El que nosotros hagamos cualquier otra cosa distinta a scroll en su plataforma, como deporte, leer, jugar con nuestros hijos, tomar un café prestando atención a quien tenemos en frente, usar otra web o aplicación, supone un coste de oportunidad para ellos.
¿Cómo nos mantienen dentro? Calculando qué mostrarnos en cada momento. ¿Cómo nos arrastran dentro si salimos? Mediante notificaciones. Las notificaciones son lo que nos atrae y nos hace asomarnos al pozo.
Cuando el producto se sostiene mediante anuncios, tus datos personales o tu atención son los recursos a explotar.
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En breve, más sobre estos y otros temas.